Cuando se desarrolla cualquier líquido de base disolvente, como una pintura, revestimiento, tinta o perfume, es fundamental determinar el punto de inflamación y declararlo para cumplir las rigurosas normas de transporte establecidas por los gobiernos de todo el mundo. El punto de inflamación se define como “la más baja temperatura de un líquido a la cual sus vapores forman una mezcla combustible con el aire”. Es una clasificación conveniente y fiable de la “inflamación” de muchas sustancias.
La mayor parte de las industrias tienen que verificar y garantizar el punto de inflamación de materias primas, productos o residuos:
Calidad del producto – como medida de consistencia y a fines de comparación de rendimientos
Prueba de conformidad – para probar la clasificación de seguridad en relación con la manipulación, almacenamiento, transporte y tratamiento de residuos
Análisis en servicio – pruebas de los aceites en uso y otras sustancias para ver si están contaminadas o adulteradas
Seguridad general – para evaluar posibles peligros
Especificaciones – para comprobar la conformidad