La corrosión prematura de un sustrato normalmente se debe a un fallo del revestimiento. Una causa importante es la presencia de defectos en el revestimiento acabado, conocidos colectivamente como porosidad. Uno de los problemas más obvios que ocasiona la porosidad son los microorificios, a través de los cuales el sustrato queda expuesto a los elementos. Los microorificios se deben a que queda aire atrapado, que posteriormente se libera de la superficie, o bien a que quedan partículas atrapadas (polvo, arena, etc.) que no se mantienen inmóviles. La detección de microorificios es, por tanto, esencial para supervisar la integridad del revestimiento protector en su aplicación inicial y durante toda su vida útil.
La prueba de defectos (holiday) se utiliza para detectar orificios, conocidos como discontinuidades, en un revestimiento. La prueba de defectos permite detectar incluso los defectos más pequeños que resultan invisibles al ojo humano. Existen diversas técnicas y equipos para la detección de defectos.