El aspecto visual puede determinar de qué modo una persona percibe un producto. Dos parámetros esenciales se usan para definir la calidad general del producto: el color y el brillo. La percepción es subjetiva, pero la serie de instrumentos de Elcometer cuantifica los criterios de apariencia.

La aptitud de la superficie para reflejar la luz sin dispersarse se conoce como brillo. El brillo se mide dirigiendo un haz de luz de intensidad constante a la superficie de prueba con un ángulo fijo y, después se controla la cantidad de luz reflejada bajo ese mismo ángulo. Según las diferentes superficies, son también distintos los ángulos de reflexión.

La propiedad de un material para absorber determinadas longitudes de onda luminosa y reflejar otras se define como su color. Por ejemplo, un material negro no refleja la luz en todo el espectro de colores. Un material blanco puro refleja toda la luz, mientras que todos los restantes colores reflejan la luz en distintos puntos del espectro. El color se cuantifica por los valores rojo, verde y azul (RGB) del material.